En mi opinión no existe un estilo de aprendizaje mejor o superior. Investigaciones realizadas demuestran que los estilos no determinan el éxito académico por sí mismos, sino que dependen de la calidad de la enseñanza y de la capacidad del estudiante para adaptarse a diferentes métodos. Por ejemplo, un estudiante puede comprender mejor un concepto científico si lo escucha (auditivo), lo observa en un esquema (visual) y lo aplica en un experimento (kinestésico). En la práctica aplico varios estilos (oral, visual, kinestésico) ya que de esta manera contribuyo a fortalecer la comprensión, motivar a los estudiantes y fomentar aprendizajes significativos.